El pensamiento negativo se refiere a una forma de pensar que tiende a centrarse en lo malo o lo desfavorable. Este estilo mental puede generar una visión distorsionada de la realidad, afectando tu bienestar emocional.
Pensar en lo que ya tenemos, en lo que hemos conseguido. Algunas personas son infelices porque se centran demasiado en lo que no tienen.
Desde la perspectiva de la terapia de aceptación y compromiso la licenciada comparte un posible ejercicio para trabajar los pensamientos negativos:
Cuando frases como “nadie me quiere”, “soy un inútil”, “nunca me va bien en nada”, resuenan constantemente en la cabeza de una persona estamos frente a un problema que hay que identificar y resolver.
Es posible sospechar que existe un problema a través de la observación. Una persona con pensamiento negativo se caracteriza por lo siguiente:
Los pensamientos negativos no son más que eso: construcciones mentales aleatorias desagradables, agitadoras y productoras de ansiedad, normalmente basadas en remordimientos del pasado o temores sobre el futuro.
Algunas frases pueden parecer inofensivas, pero esconden esquemas mentales que condicionan nuestra forma de vivir, relacionarnos y sentir. Identificarlas, cuestionarlas y trabajar sobre ellas es clave para recuperar el bienestar emocional.
Según el neuropsicóbrand Rick Hanson, a lo largo de la evolución nuestro cerebro se ha programado para centrarse en lo negativo y relegar lo positivo a un segundo plano. Esto se debe a que cada día tenemos que tomar decenas de decisiones, resolver muchos problemas, estar more info en movimiento y activos.
Cuando tenemos un desacuerdo con nuestro cónyuge o pareja, o nos decepcionan de alguna manera, es fácil caer en la trampa psychological de sentirnos poco queridos y apreciados.
Si es posible, debes negarte a comunicarte con quienes están atrapados en el papel de víctima o se autoafirman a tu costa.
Por ejemplo: Un niño que ha sufrido bullying en el colegio, puede llegar a creer que todas las personas a su alrededor de alguna u otra forma quieren hacerle daño.
Patrones de pensamiento aprendidos: Las creencias limitantes adquiridas durante la infancia afectan tu capacidad para ver lo positivo.
Aceptar que los pensamientos negativos son parte de la experiencia humana es clave, pero también lo es entender que puedes elegir cómo relacionarte con ellos.
A medida que reforzamos mentalmente estos pensamientos, empezamos a sentirnos viejos, a actuar como viejos y a ser percibidos como demasiado viejos por la gente que nos rodea.